Vivimos en una era digital donde las personas pasan cada vez más tiempo frente a una pantalla. Las redes sociales están entre las plataformas que más capturan la atención de la gente. Los niños, observando a los adultos, también desean estar presentes en estas plataformas. Pero, ¿es posible que lo hagan de manera segura? A continuación, exploraremos los riesgos de las redes sociales para niños y adolescentes, junto con algunos consejos para un uso responsable.
¿Qué son las redes sociales?
Si vamos a permitir que los jóvenes abran un perfil en las redes sociales, es fundamental empezar por lo básico y explicarles qué son.
- Las redes sociales son plataformas digitales que facilitan la conexión e interacción entre individuos, empresas y marcas. Estas herramientas permiten mantener el contacto entre personas, independientemente de su ubicación física, lo que las convierte en medios ideales para la comunicación y el intercambio de información.
Inicialmente, las redes sociales se centraban en la creación de perfiles personales, utilizados principalmente para compartir información. Sin embargo, estas plataformas han evolucionado, y ahora se emplean para publicar diversos tipos de contenido, realizar campañas publicitarias, organizar eventos virtuales, y más.
El lado positivo de las redes sociales para niños.
Las plataformas digitales tienen aspectos positivos, especialmente en el mundo actual. Bajo la supervisión de un adulto, los jóvenes pueden beneficiarse de:
- Conectarse e interactuar con sus familiares, amigos, compañeros de estudios y profesores.
- Conocer a niños de otras culturas y lugares del mundo.
- Estimular el aprendizaje y la creatividad mediante el intercambio de ideas, conocimientos y cultura.
Sin embargo, estos beneficios no deben eclipsar los riesgos que las redes sociales representan para niños y adolescentes, como se detalla a continuación.
Riesgos de las redes sociales para niños y adolescentes.
Las principales plataformas de redes sociales fueron creadas pensando en un público adulto, lo que las hace inapropiadas para los más jóvenes sin una adecuada supervisión. Además, las restricciones de uso varían según el país.
En general, no se recomienda que los niños usen redes sociales antes de los 14 o 15 años. Si lo hacen, debe ser bajo la supervisión de sus padres o representantes. Muchos de los peligros que enfrentan en la vida real pueden estar presentes también en el mundo digital. Estos son los principales riesgos:
1. Perder la privacidad.
Existe la posibilidad de que un niño o adolescente no tenga la suficiente madurez o experiencia para saber en qué publicaciones está revelando más información de la que debería. A través de estas plataformas, otras personas pueden ver o deducir información privada revelada inconscientemente. Por ejemplo, lo que se ve en el fondo de una fotografía tomada en casa puede revelar dónde vivimos.
Por otra parte, si no configuramos correctamente las redes, podríamos revelar nuestra ubicación exacta cada vez que hagamos una publicación. Además, al aceptar los términos y condiciones en la mayoría de estas plataformas, cedemos los derechos de uso de todas las imágenes, videos e información que publiquemos, por lo que esos datos podrían ser comercializados o republicados por terceros en otros lugares de internet.
2. Sharenting.
Este riesgo lo comienzan los padres en sus perfiles, la mayoría de las veces inconscientemente, y lo pueden continuar los hijos cuando tienen su cuenta propia. Es una práctica en la que los padres documentan el día a día de sus hijos y lo publican en redes sociales. Esto incluye fotos y videos desde su primer día de vida, pasando por lo que hacen en su cotidianidad, hasta fotos vergonzosas en momentos negativos, como llorando o después de haber mojado la cama.
Estas publicaciones pueden terminar en cualquier lugar de internet, no solo en redes sociales para niños o adolescentes, lo que podría afectar su autoestima o reputación cuando crezcan, incluso dificultando su búsqueda de trabajo, pareja o identidad propia.
3. Desaprovechar el tiempo.
Los niños y adolescentes a menudo dedican demasiado tiempo a las redes sociales. En ocasiones, su nivel de absorción es tal que pierden la noción del tiempo, lo que puede resultar en una falta de horas para cumplir con sus deberes, interactuar con sus seres queridos, disfrutar del aire libre, realizar ejercicio físico o descansar adecuadamente. El uso excesivo de estas plataformas puede afectar negativamente su rendimiento, deteriorar sus relaciones interpersonales y su salud.
4. Percibir la realidad de manera distorsionada.
Debido a que las redes sociales están llenas de personas e influencers que exhiben un modelo de belleza o un estilo de vida idealista, los jóvenes pueden formarse una idea equivocada de cómo son las cosas en la vida real. Muchas de esas publicaciones están retocadas con filtros y ediciones para perfeccionarlas. De esta manera, una niña o adolescente podría sentirse fea al compararse con otros, lo que le daría una percepción errónea de la belleza y afectaría su autoestima.
5. Cyberbullying.
Este es uno de los riesgos más comunes de las redes sociales. El acoso puede ocurrir en redes sociales, no solo de manera presencial. Se manifiesta a través de amenazas, burlas, insultos o la difusión de rumores falsos que se propagan rápidamente en internet. Puede ser perpetrado tanto por un individuo como por un grupo, lo que incrementa la presión y la intimidación.
6. Perfiles falsos.
No toda la gente que está en las redes sociales es quien dice ser. Existen cuentas que no tienen un nombre o fotografía real, sino la de algún personaje ficticio, una marca comercial o simplemente letras o números aleatorios. Este es un peligro serio, porque los niños podrían terminar relacionándose con un adulto que se hace pasar por niño, quien podría aprovecharse de su inocencia, desconocimiento e inexperiencia.
7. Contenido inapropiado para menores.
Las redes sociales pueden redirigir a los jóvenes hacia anuncios publicitarios, páginas web o contenidos inapropiados para su edad, lo que puede tener consecuencias graves. Esto incluye contenido relacionado con violencia, sexo, consumo de sustancias ilegales, trastornos alimenticios, ideologías extremistas, odio o discriminación.
Esta exposición es particularmente grave en niños y adolescentes sin supervisión que falsean su edad al crear sus perfiles. Como resultado, el algoritmo asume que son adultos al mostrarles publicidad e información, lo que puede llevar a consecuencias negativas.
8. Sexting.
Esta práctica consiste en el envío de mensajes, imágenes o videos de contenido sexual a través del chat de una plataforma digital. Aunque suele ocurrir entre personas que son pareja, existe la posibilidad de que una de las partes guarde ese contenido íntimo, lo comparta con terceros o lo publique sin el consentimiento de su pareja.
Este fenómeno puede darse entre adolescentes que actúan impulsados por sus hormonas, o puede ser fomentado por un adulto que se oculta tras un perfil falso.
9. Grooming.
Con este término se conoce la acción en la que una persona adulta engaña o manipula a un menor de edad para que le envíe imágenes o videos con contenido sexual, por lo general del joven en ropa interior o desnudo. Suele ocurrir mediante un chat privado y puede incluir cualquier tipo de interacción, cortejo, sexting, manipulación o incluso un encuentro en el mundo real.
10. Sextorción.
Esto puede derivarse del grooming. Consiste en chantajear al niño o adolescente amenazándolo con publicar sus fotos o videos íntimos si no hace lo que se le pide. Esto puede incluir enviar más contenido íntimo, conseguir dinero o cumplir con cualquier otra demanda.
Las fotos y videos sexuales pueden incluso ser falsos, forjados con programas de edición o con inteligencia artificial.
11. Daños a la salud mental.
Diversos estudios indican que el uso excesivo o inadecuado de las redes sociales puede tener efectos negativos en la salud mental. Entre los posibles trastornos se encuentran la ansiedad, baja autoestima, introversión, depresión y adicción a estas plataformas, lo que puede generar un círculo vicioso difícil de romper.
Conociendo estos riesgos, podemos estar mejor preparados para enseñar a los jóvenes a ser conscientes de los peligros y a hacer un uso responsable de las redes sociales.
Consejos de seguridad en redes sociales para niños y padres.
Una de las principales responsabilidades de los padres es proteger a sus hijos, y eso también aplica a las plataformas digitales. Por ello, es importante aconsejarlos y advertirles sobre los riesgos. A continuación, algunos consejos para un uso consciente, responsable y seguro de redes sociales para niños y adolescentes:
- Comenzar a la edad correcta: como vimos antes, la edad recomendada para que los jóvenes comiencen a usar redes sociales es a partir de los 14 o 15 años. Sin embargo, esto puede variar en función de su madurez y personalidad, aspectos que los padres deben tomar en cuenta antes de permitirles crear su primer perfil.
- Supervisarlos responsablemente: Es fundamental que los padres estén al tanto de las actividades en línea de sus hijos de manera transparente para ambas partes. No se trata de espiarlos, ya que esto podría dañar la confianza, ni de observar lo que hacen el cien por ciento del tiempo. Es crucial encontrar un equilibrio. La clave radica en hacer entender al niño que los padres lo protegen de riesgos que aún no comprende debido a su juventud, al mismo tiempo que se respeta su intimidad.
- Establecer reglas domésticas sobre el uso de las redes sociales: Los padres pueden establecer normas consensuadas que se apliquen a toda la familia, teniendo en cuenta las edades y roles de cada miembro. Entre estas reglas pueden incluirse un horario definido para el uso de dispositivos, áreas específicas de la casa donde esté permitido o prohibido conectarse y las plataformas que los hijos tienen permiso para utilizar.
- Activar controles parentales y opciones de privacidad: ambos son importantes. Conviene hacerlo junto al niño para resolver sus dudas y asegurarse de que entienda la importancia de cada configuración. Esto incluye establecer una contraseña segura, limitar el perfil solo a contactos conocidos, conocer la ubicación de los hijos y más.
- Informarles y prevenirles sobre los riesgos: es importante darles a conocer todos los peligros mencionados en este artículo y asegurarse de que los entienden. Como los vinculados a su privacidad, la distorsión de la realidad, el contenido inapropiado y todo lo demás.
- Alertarles que no acepten a desconocidos: la regla básica de no hablar con extraños también es importante en las redes sociales. Se aconseja que no acepten como amigos o contactos a personas que no conocen, incluso si parecen de su misma edad.
- Educarlos sobre el bien y el mal: enseñarles sobre lo bueno y lo malo, y sobre cuál es un buen o mal comportamiento tanto en la vida real como en el mundo digital, es vital para que usen las redes sociales de manera sana. Al tener conciencia, buenos valores y principios, sabrán tratar bien a los demás y, sobre todo, sabrán alejarse de situaciones de maltrato.
- Enseñarles autocontrol: existe una frase que dice “todo lo que digas podrá ser usado en tu contra”. Esto también aplica para las redes sociales y todo lo que publicamos en ellas. Es importante enseñarles a los jóvenes a no publicar nada de manera impulsiva, a pensarlo dos veces antes de enviar un mensaje o publicar una imagen.
- Explicarles la importancia de la cautela: es mejor prevenir que lamentar. Por eso, conviene educarlos para que no publiquen algo que pueda dañar su reputación o que los haga sentir avergonzados ante sus familiares, profesores y otros conocidos.
- Estar atento a las señales de que algo anda mal: si el niño o adolescente está sufriendo las secuelas del mal uso de las redes sociales o es víctima de alguno de los peligros mencionados previamente, es probable que muestre señales sutiles aunque no lo exprese verbalmente, como cambios de conducta, estrés, depresión, actitudes extrañas, cambios de hábitos, entre otros. En esos casos, es importante hablar con ellos, estableciendo un entorno de seguridad y confianza para saber qué está ocurriendo. De ser necesario, se debe buscar la ayuda de expertos como psicólogos, médicos o autoridades para tomar las acciones que sean necesarias para su bienestar.
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