El co-branding es una asociación entre dos marcas para aprovechar las fortalezas de cada una y obtener beneficios mutuos. De estos acuerdos han surgido productos fantásticos, como veremos más adelante, que hubiesen sido imposibles sin una colaboración entre empresas. Pero, así como han existido casos exitosos, también hemos apreciado intentos fallidos. Por eso, conviene repasar las razones por las cuales amerite asociarse a otra marca y cuáles son los errores que se deben evitar en el intento.
Ventajas y desventajas del co-branding
Como ocurre con cualquier otra estrategia de posicionamiento, que es uno de los propósitos del co-branding, existen ventajas y desventajas. Y, la razón por la que cada vez más firmas se animan a hacerlo, es porque las primeras pesan más en la balanza que las segundas.
Ventajas del co-branding para una marca:
- Le permite entrar con facilidad a nuevos mercados que ya domina la otra.
- Puede darse a conocer a nuevos clientes que no sabían de su existencia.
- Posibilita “apalancarse” en la otra marca para mejorar su situación actual.
- Diversifica la variedad de productos o servicios que puede ofrecer.
- Habilita compartir los gastos de producción y promoción con la otra.
Desventajas del co-branding para una marca:
- Riesgo de perder el balance y terminar opacada.
- Posibilidad de que su base de consumidores fieles se confunda o desapruebe la iniciativa.
- Llegar a depender de la reputación de la otra para obtener beneficios.
¿Cómo evitar que el co-branding fracase?
Aunque tiene muchos beneficios, también es posible que la asociación no resulte exitosa. La clave está en no subestimar los posibles riesgos que se corren al recurrir a una estrategia de este tipo. Por lo tanto, estos son algunos de los errores que no se deben cometer:
- Escoger mal el socio: no estudiar bien el posicionamiento actual de la otra marca, la percepción que tienen los consumidores sobre ella y si conviene o no establecer un vínculo.
- No cuidar la imagen de la marca: ser demasiado flexible en la colaboración y permitir demasiados cambios a la identidad visual propia.
- Subestimar la percepción del consumidor: los clientes fieles podrían malinterpretar la iniciativa y pensar que la empresa perdió su esencia.
- No definir con precisión el rol de cada lado: una mala coordinación entre ambas compañías puede llevar a errores de ejecución.
- Diseñar un producto poco coherente: si lo que se ofrece en conjunto que no es bueno o no es realmente complementario, puede llegar a ser confuso y no ser consumido.
- Calcular mal las cifras: aunque los costos de producción y promoción pueden compartirse entre ambas, también se deben repartir las ganancias. Por lo tanto, el beneficio económico puede resultar menor al esperado.
Ejemplos de buenas colaboraciones entre marcas.
Cuando todo sale bien con una estrategia de co-branding, los resultados pueden lograr más que sólo llamar la atención de los consumidores y convertirse en fenómenos comerciales. Estos 5 ejemplos son una muestra de eso.
1. Barbie + Diane Von Furstenberg
Imagen: Mattel
La muñeca más famosa del mundo vistiendo la ropa de una de las mejores diseñadoras de moda en la actualidad, ¿qué podría salir mal?
Los responsables de la marca, le dieron vida al personaje a través de una cuenta de Instagram para convertirlo en una celebridad. Y como toda celebridad, Barbie viste ropa de diseñador y asiste a eventos exclusivos de la vida real.
- Beneficio para Barbie: fortalecer su imagen como modelo a seguir para jóvenes con altas aspiraciones.
- Beneficio para Diane Von Furstenberg: dar a conocer sus diseños ante un público más joven.
2. Uber + Spotify
Imagen: Unsplash
En este caso, la aplicación más usada para pautar traslados de un lugar a otro colabora con la plataforma más popular para escuchar música. ¿El servicio conjunto? Poder oír tus listas de reproducción favoritas durante el viaje.
- Beneficio para Uber: hacer más atractivo su servicio para ganar la preferencia de los usuarios.
- Beneficio para Spotify: diversificar la manera en que las personas pueden usar su servicio.
3. Kellogg’s + Alpina
Imagen: @ParcheAlpina
Este es uno de los ejemplos de colaboraciones entre marcas más clásico. Una empresa de cereales asociada a una marca de lácteos para aprovechar la manera tan natural en la que sus productos se pueden combinar.
- Beneficio para Kellogg’s: llegar a más clientes de forma directa mediante la plataforma de distribución de Alpina.
- Beneficio para Alpina: hacer más atractivo su producto con el valor agregado de los cereales Kellogg’s.
4. Apple + MasterCard
Imagen: MasterCard
La aplicación Apple Pay permite cargar los datos de tarjetas bancarias en los dispositivos móviles para poder pagar productos y servicios sin tenerlas a la mano. Una oportunidad perfecta para asociarse con una de las empresas de tarjetas de crédito y débito más grandes del mundo.
- Beneficio para Apple: obtener respaldo para su aplicación y generar confianza en los consumidores.
- Beneficio para MasterCard: mantenerse al día con las nuevas tecnologías y adelantársele a la competencia.
5. CoverGirl + Lucasfilm
Imagen: Amazon.es
Con motivo del lanzamiento del film Star Wars: Episodio VII en 2015, Lucasfilm se asoció a la marca de productos de maquillaje CoverGirl como parte de la promoción de la película. Este es un ejemplo perfecto de dos marcas que, aunque parecieran no tener nada en común, saben aprovechar las virtudes de la otra para obtener beneficios mutuos.
- Beneficio para CoverGirl: aprovechar la fama de la franquicia Star Wars y su película de moda para promocionar sus productos.
- Beneficio para Lucasfilm: atraer la atención del público femenino, ya que sus producciones suelen interesarles más a los hombres.
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