Zara es una de las empresas de moda más exitosas en la actualidad. Cada año, figura entre las 100 marcas más famosas y valiosas del mundo. Su buen trabajo le ha permitido superar a firmas de alta costura y mayor tradición. A principios de 2018 fue noticia al acordar con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas vestir a su equipo de protocolo en la alfombra roja y el backstage de los premios Oscar. Así que, vale la pena analizar cómo pasó de ser un pequeño emprendimiento familiar a convertirse en un referente global.
Analizar y entender su entorno
Desde sus humildes inicios, Amancio Ortega, su fundador, supo que debía adaptarse al entorno y esperar su momento para crecer. En esa época, durante la dictadura de Francisco Franco en España, la mayoría de las mujeres no podía costearse prendas a la moda. Así que, con el apoyo de unos pocos familiares, inició una empresa proveedora de ropa para tiendas. No tenía su propia marca y el usuario final no lo conocía, pero era lo mejor que podía hacer en tiempos difíciles.
Con la seguridad que le trajo la llegada de la democracia, Ortega fundó Zara y abrió sus propias tiendas. Su éxito lo hizo crecer y establecerse en toda la nación. Y, a finales de la década de los 80, comenzó a abrir locales en otros países. Su intención principal fue probar si su modelo de negocios podría funcionar en el extranjero. El resto es historia conocida y ahora tiene sedes en casi 100 países del mundo.
Sin embargo, no fue sólo cuestión de analizar el entorno socioeconómico, sino también las necesidades de sus clientes potenciales. Al principio, Zara no tenía el prestigio de otras casas de moda debido a que no se esforzaba por innovar ni imponer tendencias. En su lugar, imitaba los diseños de las grandes firmas. De ese modo, la mujer común que no podía costearse ropa de alta costura lograba obtener diseños similares de buena calidad y a precios más bajos. Así pudo satisfacer un nicho que estaba desatendido.
Establecer un modelo de negocios propio
Desde el principio, Ortega fue un autodidacta creciendo con base en su trabajo duro. Al no contar con un gran capital y trabajar en un contexto político difícil, tuvo que avanzar paso a paso. No podía implementar el mismo modelo de las grandes casas de moda, así que prefirió crear el suyo propio.
En lugar de lanzar colecciones con meses de planificación para cada temporada, estableció un método de producción rápido. Su intención era imitar colecciones ajenas y tenerlas en el mercado en menos tiempo y a menor precio.
Al producir rápidamente pequeñas cantidades para satisfacer necesidades puntuales del mercado, aprovechaba mejor sus recursos y evitaba pérdidas por inventario. Contrario a otras empresas, nunca le sobraba mercancía al terminar la temporada y no tenía que rematarla en rebaja. Ese modelo tan inteligente producía ganancias desde cualquier ángulo que se analizara y terminó haciéndose famoso por eso. Hoy se le conoce como “moda rápida”.
Expandirse para llegar a otros nichos
Una vez que la imagen de Zara estuvo bien posicionada, el estilo de su ropa se hizo fácilmente reconocible. Y como no todas las personas se visten igual, sólo podían llegarles a otros públicos mediante otras marcas. Así que Ortega creó empresas complementarias que funcionaran con el mismo modelo de negocios, pero que produjeran prendas para otros estilos. Hoy en día, el grupo está conformado por ocho marcas bien posicionadas:
- Zara: moda atractiva, funcional y accesible para damas, caballeros y niños.
- Pull&Bear: ropa para personas jóvenes y dinámicas con un estilo fresco y divertido.
- Massimo Dutti: prendas cómodas y elegantes con materiales de alta calidad para adultos independientes y urbanos.
- Bershka: ropa juvenil, inspirada en las tendencias actuales en música y redes sociales.
- Stradivarius: moda fresca inspirada en el estilo callejero para personas de espíritu joven.
- Oysho: lencería femenina y prendas cómodas para dormir, hacer deporte o ir a la playa.
- Zara Home: ropa de cama y otros productos textiles para el hogar.
- Uterqüe: prendas de piel con diseños exclusivos, altos estándares de calidad y atención al detalle.
Mercadearse en grande
Actualmente, Zara genera sus propios diseños y propone nuevos estilos. Pero, incluso cuando se limitaba a imitar otras casas de moda, se mercadeaba en serio. Su actitud al promocionar sus productos siempre fue la de “creérselo”, sentirse y proyectarse como una marca tan grande como cualquier otra.
Eso, y el satisfacer nichos desatendidos, le permitió generar un público fiel. Por eso, hoy tenemos una nueva generación de consumidores para quienes la marca tiene el mismo prestigio que otras de alta costura.
Amancio Ortega comenzó como empleado de una tienda de ropa a los 14 años de edad. Creaba sus propios diseños con las telas que sobraban en la empresa donde trabajaba. Hoy en día, es el sexto hombre más rico del mundo con un patrimonio superior a los 60 mil millones de dólares. Si eso no es un caso de éxito, ¿entonces qué?
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