¿Qué es una crisis empresarial?
Una crisis empresarial es una serie de problemas que afectan la durabilidad de una compañía. Pueden ser, escasez de productos, fraude, inconvenientes internos, etc.
Es por esto que todo dueño de un negocio debe planear estrategias que le permitan enfrentar una situación de emergencia para tomar acciones rápidas y evitar posibles repercusiones.
A continuación, mencionaremos los pasos a tomar o etapas de gestión en caso de una crisis empresarial:
Etapas de una crisis empresarial
Anticipación
Crea estrategias de gestión de crisis; estas deben incluir sistemas de alerta temprana y las tareas que el equipo designado llevará a cabo para encarar la eventualidad. Estos planes, además, deben enfocarse en los diez riesgos más importantes que está afrontando la compañía durante una situación de emergencia.
Respuesta
Es importante que, al momento de llegar a esta fase, la compañía esté prevenida o, de lo contrario, los riesgos pueden ser muy altos.
Una vez desarrollada la estrategia, toca dar una respuesta adecuada. Esta debe estar vinculada a los consumidores, es decir, asistir a aquellos afectados por una eventualidad determinada.
Para lograrlo, la empresa debe escuchar atentamente a los perjudicados para encontrar la raíz de la situación. De este modo, podrá darles información pertinente y mantenerlos en esta etapa hasta darle la solución final.
Resolver el problema
Durante una crisis empresarial es importante solventar el contratiempo lo más rápido posible. Esto evitará que éste empeore y afecte la reputación de la empresa.
Lo primero para solucionar una crisis empresarial es que la empresa tranquilice a su público, asegurándoles que no los abandonarán. Además, es importante que asigne a alguien para siga con detenimiento el problema y que, además, tenga comunicación con la figura de toma decisiones (el dueño o el director general).
Enseñanza
Una vez superada la crisis, se debe trabajar para impedir que vuelva a suceder. Analizar el panorama completo, es decir, que falló, cuáles fueron los daños causados por ese fallo y cómo se actuó para resolverlo.
Con esta información, la empresa hará los arreglos adecuados en su operatividad y en las estrategias de eventualidades.
Las malas experiencias ayudan a las empresas a mejorar cada vez más, fortaleciendo su estructura.
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